Reseña: El día que se perdió la cordura de Javier Castillo

Centro de Boston, 24 de diciembre, un hombre camina desnudo con la cabeza decapitada de una joven. El doctor Jenkins, director del centro psiquiátrico de la ciudad, y Stella Hyden, agente de perfiles del FBI, se adentrarán en una investigación que pondrá en juego sus vidas, su concepción de la cordura y que los llevará hasta unos sucesos fortuitos ocurridos en el misterioso pueblo de Salt Lake diecisiete años atrás.

Reseña:

Si algo no se le puede negar a este autor es que sabe como llamar la atención de los lectores. Comenzar un libro con un hombre desnudo que camina por las calles de Boston con una cabeza en sus manos no deja indiferente a nadie. Además, no solo queremos descubrir el motivo de realizar semejante locura, sino que también debemos unir este suceso a algo que ocurrió en un pequeño pueblo, que se vuelve más turbio a cada paso. No obstante, a pesar de tan buena premisa y un ritmo que nunca decae, me topé con ciertos aspectos argumentales que no terminaron de convencerme. Para mí, El día que se perdió la cordura es un constante de luces y sombras por los siguientes motivos:

Principio impactante, pero el lenguaje no tanto

El gancho inicial hace que te sumerjas rápidamente en la historia, pero pronto empiezas a notar frases mal construidas, un lenguaje bastante pobre y te preguntas cómo puede ser que un libro con "más de 1.000.000 de ejemplares vendidos". El principio del libro parece más un borrador que una novela que ya lleva 4 años en el mercado.

Según leí, esta "mala prosa" es intencionada, ya que a medida que la trama avanza, el lenguaje comienza a ser más sofisticado. No digo que no sea cierto, sin embargo, no me parece un recurso efectivo, ya que ningún lector lo ha interpretado de esa forma (en Goodreads podéis leer más opiniones al respecto).

📷 Suzy Hazelwood

Acción rápida, pero confusa alternancia de tramas 

A pesar de sus fallos, este thriller se lee de una sentada porque es de esos que te engancha y mantiene la tensión en todo momento. Es tan interesante la entrevista que el protagonista mantiene con el director del centro y la psicóloga como los hechos que le han llevado hasta ese momento. La alternancia de las tramas es un recurso muy efectivo para la creación de suspense, no obstante, en este caso no está bien trabajada del todo, ya que en ocasiones crea confusión y cuesta saber donde estamos.

Hay dos personajes que se encuentran en una situación muy parecida por lo que a veces cuesta discernir cuál es cuál. Además, a veces da la sensación de que se salta de una trama a otra cuando todavía no es el momento y los primeros párrafos se leen más para saber dónde estamos que por otra cosa.

📷 Tobias Aeppli

Argumento cautivador, pero con algunos fallos

No desvelaré demasiado sobre esto para no hacer spoiler, pero la notita que encuentra Amanda cuando se va de vacaciones con sus padres hace que la cabeza no deje de darnos vueltas. Los asteriscos que van apareciendo por doquier y que parecen tener algún significado nos mantienen en tensión. Pronto descubrimos que el nombre de Amanda no es el primero en aparecer en una nota similar (en este punto creí que igual se trataba de un thriller de ciencia ficción o fantasía, pero no es así). Las notas, las muertes, la presencia del protagonista... Todo nos atrapa y nos hace querer leer un capítulo tras otro.

No obstante, cuando llegamos al final -el cual es previsible para la mayoría de los lectores- empezamos a hacernos preguntas. Hay demasiadas cosas que no encajan y dilemas que se resuelven con una inusitada rapidez.

📷Taras Makarenko

Final satisfactorio, pero inverosímil

Deducimos que más o menos, las cosas acaban bien. Digo "deducimos" porque este es el primer libro de una serie y, por desgracia, no es autoconclusivo. Aún así, hay cuestiones de los personajes principales que no encajan y que, psicológicamente no tienen sentido (si hay algún psicólogo en la sala que se haya leído el libro, que me corrija si me equivoco).

📷Ana Arantes

Conclusión

Creo que el autor tiene mucha habilidad para crear premisas originales que enganchan, pero que tiene que trabajar más el desarrollo de las mismas. En el epílogo cuenta al lector el porqué de muchas cosas y, a veces da la sensación de que el libro tiene muchos guiños que son solo para sí mismo (fallo de autor novel que todos hemos cometido). Considero que si publicas un libro tienes que hacerte entender sin que sea necesario un epílogo donde expliques todos los simbolismos y referencias.

Aún así, en mi opinión, Javier Castillo es un escritor con mucho potencial y es probable que en un futuro vuelva a leer algo suyo.