Todos
y todas hemos leído y escuchado cuentos infantiles como Caperucita Roja,
Blancanieves, Cenicienta... Probablemente todos tengamos uno favorito
entre todos estos cuentos que consideramos tan inocentes e inofensivos.
Se nos antojan relatos con final feliz que fueron creados para
entretener a los niños y en los cuales, se podía vislumbrar alguna
enseñanza velada, pero ¿y si os dijera que estos cuentos, en su origen ,
no eran así de "inocentes"? Y no, ahora no hablo de ningún tipo de
leyenda urbana, sino de la historia original de los cuentos de los
hermanos Grimm y de Charles Perrault. Historias en las que podemos
observar, seguramente, con horror, casos de antropofagia, asesinatos y
mutilaciones...
Caperucita Roja
Pues bien, para empezar, en un principio este cuento, como muchos otros no fue ideado para entretener a los niños, sino que pertenecía al folclore del territorio que iba desde el norte de los Alpes a la región de Loira.
Me dispuse a buscar información en interpretaciones respecto a esto y me encontré con que hay quien afirma que en este cuento se representa claramente el paso de la niñez a la madurez sexual , de ahí el color rojo de la caperuza de la niña en un relato en el que el lobo simbolizaría el sexo, pero también las mentiras y la crueldad; el mismo Perrault nos ofrece al final del cuento esta moraleja:
Si queréis saber más, no dejéis de leer...
Caperucita Roja
La
versión popular del cuento nos narra que un día, la abuela de
Caperucita enfermó y que la madre de ésta la mandó a visitarla con una
cesta provista de ciertas viandas para hacerle sentir mejor.
Caperucita
se interna en el bosque y se encuentra con un lobo con el que empieza a
conversar sobre su destino, el lobo la engaña con la excusa de una
carrera para hacerla ir por el camino más largo y llegar él antes a casa
de su abuelita.
Cuando
Caperucita llega el lobo ya se había comido a su abuelita y estaba
metido en la cama con las ropas de la señora esperando la llegada de la
niña.
A
continuación se da ese archiconocido diálogo en el que Caperucita se
sorprende del tamaño de los ojos, las orejas y la boca de su supuesta
abuela, diálogo que finaliza con un "para comerte mejor" y una niña con una caperuza roja dentro de la barriga de un lobo.
En
algunas versiones el cuento termina ahí, en otras , un leñador o
cazador aparece en escena, descubre lo que el lobo ha hecho, le raja la
tripa, de donde salen sanas y salvas la abuelita y su nieta.
Después
este leñador llena la tripa de este animal de piedras y, debido al peso
el lobo acaba en el fondo de un pozo (o porque el cazador/leñador lo
tira allí o porque el mismo animal cae al ir a beber agua; depende de la
versión).
Debo
decir que, leer este cuento cuando uno/a ya es mayor le crea cierta
inquietud ya que está plagado de extraños y desconcertantes detalles
como que una madre mande a una niña sola al bosque y como es posible que
Caperucita no distinga a un lobo de su abuela.
También
me pareció algo brutal la forma de enseñar a los niños que no deben
hablar con desconocidos, pues hasta el siglo XIX el personaje salvador
del leñador/cazador no aparecía y el relato terminaba con una niña y una
abuela devoradas.
Pues bien, para empezar, en un principio este cuento, como muchos otros no fue ideado para entretener a los niños, sino que pertenecía al folclore del territorio que iba desde el norte de los Alpes a la región de Loira.
Este
relato de tradición oral fue recogido por Charles Perrault en una
antología de cuentos, aunque los encargados de proporcionarle a esta
historia un final feliz fueron los hermanos Grimm.
Cualquier
lector puede advertir en esta obra la intención moralizante, el
propósito de enseñar a los niños que no deben hablar con desconocidos,
pero sus enseñanzas no acaban ahí: hace ya un tiempo leí que detrás de
Caperucita Roja se escondían unas fuertes connotaciones sexuales. No di
crédito a tal afirmación hasta que encontré esto: Robert Darnton en su “La gran matanza de gatos y otros episodios de la
historia de la cultura francesa” (1987), recoge el cuento oral más antiguo que pudo encontrar sobre
Caperucita Roja, un relato sin desperdicio…
Había una vez una niñita a la que su madre le dijo que llevara pan y leche a su abuela. Mientras la niña caminaba por el bosque, un lobo se le acercó y le preguntó adonde se dirigía.
– A la casa de mi abuela, le contestó.
– ¿Qué camino vas a tomar, el camino de las agujas o el de los alfileres?
– El camino de las agujas.
El lobo tomó el camino de los alfileres y llegó primero a la casa. Mató a la abuela, puso su sangre en una botella y partió su carne en rebanadas sobre un platón. Después se vistió con el camisón de la abuela y esperó acostado en la cama. La niña tocó a la puerta.
– Entra, hijita.
– ¿Cómo estás, abuelita? Te traje pan y leche.
– Come tú también, hijita. Hay carne y vino en la alacena.
La pequeña niña comió así lo que se le ofrecía; mientras lo hacía, un gatito dijo:
– ¡Cochina! ¡Has comido la carne y has bebido la sangre de tu abuela!
Después el lobo le dijo:
– Desvístete y métete en la cama conmigo.
– ¿Dónde pongo mi delantal?
– Tíralo al fuego; nunca más lo necesitarás.
Cada vez que se quitaba una prenda (el corpiño, la falda, las enaguas y las medias), la niña hacía la misma pregunta; y cada vez el lobo le contestaba:
– Tírala al fuego; nunca más la necesitarás.
Cuando la niña se metió en la cama, preguntó:
– Abuela, ¿por qué estás tan peluda?
– Para calentarme mejor, hijita.
– Abuela, ¿por qué tienes esos hombros tan grandes?
– Para poder cargar mejor la leña, hijita.
– Abuela, ¿por qué tienes esas uñas tan grandes?
– Para rascarme mejor, hijita.
– Abuela, ¿por qué tienes esos dientes tan grandes?
- Para comerte mejor, hijita. Y el lobo se la comió.”
Me dispuse a buscar información en interpretaciones respecto a esto y me encontré con que hay quien afirma que en este cuento se representa claramente el paso de la niñez a la madurez sexual , de ahí el color rojo de la caperuza de la niña en un relato en el que el lobo simbolizaría el sexo, pero también las mentiras y la crueldad; el mismo Perrault nos ofrece al final del cuento esta moraleja:
Aquí vemos que la adolescencia,
en especial las señoritas,
bien hechas, amables y bonitas
no deben a cualquiera oír con complacencia,
y no resulta causa de extrañeza
ver que muchas del lobo son la presa.
Y digo el lobo, pues bajo su envoltura
Los hay con no poca maña,
silenciosos, sin odio ni amargura,
que en secreto, pacientes, con dulzura
en especial las señoritas,
bien hechas, amables y bonitas
no deben a cualquiera oír con complacencia,
y no resulta causa de extrañeza
ver que muchas del lobo son la presa.
Y digo el lobo, pues bajo su envoltura
no todos son de igual calaña:
silenciosos, sin odio ni amargura,
que en secreto, pacientes, con dulzura
van a la siga de las damiselas
hasta las casas y en las callejuelas;
más, bien sabemos que los zalameros
entre todos los lobos ¡ay! son los más fieros.
hasta las casas y en las callejuelas;
más, bien sabemos que los zalameros
entre todos los lobos ¡ay! son los más fieros.
Fuentes:
Muy buen post! Me he quedado muerta con el relato de caperucita, es alucinante! Te animo a que hagas más post de éste tipo porque me ha gustado mucho! Voy a compartir el post porque creo que es digno de leer!!
ResponderEliminarBesito guapi!
Colaboraba en otro blog en el que tenía una sección como esta, pero como ha cerrado hace poco, estoy trasladando esa sección aquí, con temas como este.
EliminarEn breve publicaré la historia de La Ceniciente, La Bella Durmiente y Blancanieves, seguro que también te dejan alucinando.
Comparte, comparte, hazme publi!!Jajaja.
Me alegro de que te guste.
Besos ^^
Que interesante de veras, yo había escuchado de pequeño las 2 versiones, tanto la que acaba con ella en su barriga, como la del leñador de las piedras, pero hoy he indagado mas gracias a tu post.
ResponderEliminarMe encanta!
Te sigo desde ya ;)
http://coletas-rebeldes.blogspot.com.es/
http://molanmas.blogspot.com.es/
¡Gracias! ¡Me alegro de que te guste!
EliminarTengo más entradas preparadas de este estilo, espero que las disfrutes :)
Ahora les haré una visita a tus blogs ;)
Saludos ^^