Título: El Bolígrafo de Gel Verde
Autor: Eloy Moreno
Editorial: Espasa
Págs: 320
Sinopsis:
Superficies de vida:
Casa: 89 m2
Ascensor: 3 m2
Garaje: 8 m2
Empresa: la sala, unos 80 m2
Restaurante: 50 m2
Cafetería: 30 m2
Casa de los padres de Rebe: 90 m2
Casa de mis padres: 95 m2
Total: 445 m2
¿Puede alguien vivir en 445 m2 durante el resto de su vida? Seguramente sí, seguramente usted conoce a mucha gente así. Personas que se
En ningún momento se desvela el nombre del protagonista, lo que me hace pensar que es porque ese protagonista podamos ser cada uno de nosotros.
Creo que las crisis existenciales y el anhelo porque nuestra vida tenga emoción y sentido, son independientes de nuestra edad y sexo.
Escrito en primera persona, un hombre de casi cuarenta años, nos habla de una vida que le ahoga y de la que sueña secretamente con escapar. Una vida monótona y rutinaria en la que sabe a cada hora lo que va a pasar. Quizás por ello, para salir de esa rutina y esa falta de emoción compra un bolígrafo verde, con la firme intención de descubrir al ladrón de bolígrafos de turno. Así es como conocemos la fauna y flora que habita en la oficina en la que trabaja, y como al salir de ella, vuelve a un hogar en el que hasta los besos y los "te quieros" estan implícitamente planificados.
Mediante la exposición de cada día somos testigos de su rutina, y puede que también de la propia, en la que dejamos de vivir para pagar una vida que nunca tendremos tiempo de vivir.
En la narración se van intercalando las escenas en las que nos habla del dolor que siente después de su huida, sentado en ese tren, con las de ese pasado cercano que le ha llevado a esa situación, finalmente, pasado y presente convergen en una misma narración, y no sólo por los hechos, sino también por las personas. Pues hay veces que para seguir adelante hay que coger impulso de los recuerdos o de aquellas personas que ayudaron a formar los cimientos de lo que somos.
Cotilleando en el mundo bloggeril, me he encontrado con la decepción de varios lectores respecto al final. ¿Es el final que yo desearía si fuera el protagonista del libro? Bien, pues lo cierto es que no. Pero en mi opinión, ahí está la gracia. Es como si durante toda la narración hubiéramos caminado cogidos de la mano de ese hombre, sintiendo su ahogo, su pena, su falta de ilusión, su culpabilidad. Todo. Y de repente, nos suelta la mano y corre hacia su final, hacia su felicidad. Y desde allí nos observa con una sonrisa y nos insta a encontrar nuestro propio final, sin libros cursis ni literatura de autoayuda. Un diez por Eloy Moreno y su primer libro, en el que intenta vernos hacer la importancia del espacio y del tiempo, de los que, por desgracia, somos esclavos.
Como curiosidad final os contaré que también merece un diez la historia que hay detrás de la publicación de este libro, ya que el autor tuvo que esforzarse mucho para que su obra viera la luz. Anduvo de librería en librería con la mochila a cuestas enseñando su libro y, finalmente consiguió que la editorial Espasa se fijara en él.
Yo tuve la suerte de escuchar esta historia de los labios de una amiga suya, por pura casualidad (vivo en la misma provincia que el autor). Justo fue en un momento de horas bajas y escuchar esa historia me animó y me hizo pensar que tal vez, yo tampoco debía rendirme.
Frases del libro:
Autor: Eloy Moreno
Editorial: Espasa
Págs: 320
Sinopsis:
Superficies de vida:
Casa: 89 m2
Ascensor: 3 m2
Garaje: 8 m2
Empresa: la sala, unos 80 m2
Restaurante: 50 m2
Cafetería: 30 m2
Casa de los padres de Rebe: 90 m2
Casa de mis padres: 95 m2
Total: 445 m2
¿Puede alguien vivir en 445 m2 durante el resto de su vida? Seguramente sí, seguramente usted conoce a mucha gente así. Personas que se
En ningún momento se desvela el nombre del protagonista, lo que me hace pensar que es porque ese protagonista podamos ser cada uno de nosotros.
Creo que las crisis existenciales y el anhelo porque nuestra vida tenga emoción y sentido, son independientes de nuestra edad y sexo.
Escrito en primera persona, un hombre de casi cuarenta años, nos habla de una vida que le ahoga y de la que sueña secretamente con escapar. Una vida monótona y rutinaria en la que sabe a cada hora lo que va a pasar. Quizás por ello, para salir de esa rutina y esa falta de emoción compra un bolígrafo verde, con la firme intención de descubrir al ladrón de bolígrafos de turno. Así es como conocemos la fauna y flora que habita en la oficina en la que trabaja, y como al salir de ella, vuelve a un hogar en el que hasta los besos y los "te quieros" estan implícitamente planificados.
Mediante la exposición de cada día somos testigos de su rutina, y puede que también de la propia, en la que dejamos de vivir para pagar una vida que nunca tendremos tiempo de vivir.
En la narración se van intercalando las escenas en las que nos habla del dolor que siente después de su huida, sentado en ese tren, con las de ese pasado cercano que le ha llevado a esa situación, finalmente, pasado y presente convergen en una misma narración, y no sólo por los hechos, sino también por las personas. Pues hay veces que para seguir adelante hay que coger impulso de los recuerdos o de aquellas personas que ayudaron a formar los cimientos de lo que somos.
Cotilleando en el mundo bloggeril, me he encontrado con la decepción de varios lectores respecto al final. ¿Es el final que yo desearía si fuera el protagonista del libro? Bien, pues lo cierto es que no. Pero en mi opinión, ahí está la gracia. Es como si durante toda la narración hubiéramos caminado cogidos de la mano de ese hombre, sintiendo su ahogo, su pena, su falta de ilusión, su culpabilidad. Todo. Y de repente, nos suelta la mano y corre hacia su final, hacia su felicidad. Y desde allí nos observa con una sonrisa y nos insta a encontrar nuestro propio final, sin libros cursis ni literatura de autoayuda. Un diez por Eloy Moreno y su primer libro, en el que intenta vernos hacer la importancia del espacio y del tiempo, de los que, por desgracia, somos esclavos.
Como curiosidad final os contaré que también merece un diez la historia que hay detrás de la publicación de este libro, ya que el autor tuvo que esforzarse mucho para que su obra viera la luz. Anduvo de librería en librería con la mochila a cuestas enseñando su libro y, finalmente consiguió que la editorial Espasa se fijara en él.
Yo tuve la suerte de escuchar esta historia de los labios de una amiga suya, por pura casualidad (vivo en la misma provincia que el autor). Justo fue en un momento de horas bajas y escuchar esa historia me animó y me hizo pensar que tal vez, yo tampoco debía rendirme.
Frases del libro:
"Estar solo porque se quiere estar solo, nunca es soledad. Soledad es estar solo sin quererlo".
"-Hola, amor -me recitó como era habitual, en un tono inexpresivo, mientras me daba un beso de esos de rigor, de los que apenas ya rozan los labios, de esos vacíos, de los que se dan sin pensar o de los que se dan pensando en cualquier otra cosa".
"Cuando las cosas no van como esperamos, nos empecinamos en cambiar de personajes, cuando lo único que hay que hacer es cambiar de historia".
"Sé que es difícil, muy difícil, cambiar toda una vida cimentada en las costumbres: cambiar de casa, de ciudad, de amistades, de colegio, de trabajo... y arriesgarse a empezarlo todo de nuevo. Pero si uno piensa en hacer algo así es porque todo lo demás le ha salido mal. Entonces... ¿qué riesgo hay? ¿Qué puede salir peor cuando ya todo va mal?"
Hace tiempo que tengo fichado el libro pero no me decido a leerlo. He visto opiniones de todo tipo, desde muy entusiastas hasta muy indignadas. Por eso lo cogeré sin expectativas en mente y que sea lo que tenga que ser. Seguro que por el camino lo disfruto. Besos
ResponderEliminarSí, yo también estuve mirando por la blogosfera y demás y encontré opiniones de todo tipo, personalmente me encantó y puedo entender que no a todo el mundo le guste tanto como a mí, pero aún así, creo que hay partes del libro en la que es impsoible no sentir nada. Como bien has dicho, creo que es un libro para disfrutar por el camino. Ya nos contarás que tal.
EliminarBesos.