Érase una vez una profesora a la que no le gustaba que los adolescentes leyeran...

Hace un par de días, mientras perdía el tiempo en facebook, encontré un artículo en el que se arremetía con los adolescentes blogueros y booktubers. Porque si ya no teníamos bastante snobismo en la literatura, ahora, también tenemos que encontrarlo en la crítica literaria. Genial.

(click en la imagen para leer sus piropos)

Ana Garralón, autora de este artículo, profesora, traductora y crítica literaria especializada en literatura infantil y juvenil, se ensaña con desprecio y burla de los aficionados a la reseña literaria, ya sea vía youtube o blogger. Parece ofenderle sobremanera la forma de explicarse de los adolescentes, el tipo de libros que leen e incluso, como decoran sus habitaciones y cuerpos.

Pero comencemos por el principio: 


A Ana Garralón parece ofenderle que un adolescente que nunca ha sido lector, encuentre ese libro que despierte su curiosidad y le haga devorar un libro tras otro (como si para ser lector uno tuviera que serlo desde la misma cuna). Y no hablemos de querer compartir sus opiniones en un blog o canal de youtube, por favor ¡Qué desfachatez!
¿Cómo te atreves a hacer una crítica literaria sin ser filólogo, periodista o crítico literario?
¿Leer por afición  y querer añadir en tu canal otras secciones sobre moda o salud? ¡Qué locura! (Nótese la ironía)

No conozco a Ana Garralón pero entiendo su "enfado" con algo que ella puede considerar intrusismo en su profesión. Aún así, creo que esta señora debería tener una cosa en cuenta: estos adolescentes que escriben reseñas y aparecen en youtube no quieren dedicarse profesionalmente a ello, no pretenden ser críticos literarios, simplemente comparten sus impresiones sobre el libro que acaban de leer como lo harían en un bar mientras toman un café. Y los lectores no somos tontos, sabemos diferenciar de la crítica hecha por un señor/a que entiende en la materia y sabe analizar un libro del derecho y del revés, que nos sabe hablar de calidad, contextualizarlo en una época y extraer sus errores; con una opinión completamente subjetiva de una persona aficionada en la materia, y desde mi humilde opinión creo que ambos tienen derecho a estar ahí: unos para ganarse el pan, y los otros para compartir su opinión y sí, hacer vida social, como ella dice de forma algo despectiva, sin darse cuenta de lo importante que es para el ser humano, y sobretodo en una época como la adolescencia, la vida social.




Vaya, pensaba que siendo profesora tendría más que sabido lo que es ser estudiante y adolescente, es decir, todo eso de no tener un trabajo, pasar un fin de semana con diez euros, pedir dinero a tus padres... Ah, ¿qué no lo sabe?
Luego también estamos aquellos que los pocos estudios que tenemos nos los hemos pagado trabajando y que, no podemos permitirnos gastarnos los quince o veinte euros que cuesta un libro recién salido al mercado.
Perdónenos a todos por querer tener acceso a la cultura, por no tener su nivel económico para comprar libros; y cultural para comentarlos.


Anda, que también resulta que cuando uno es adolescente tiene que hablar como un catedrático de la Real Academia de la Lengua Española, sentarse en su sillón con una copa de coñac y un puro y elegir como nombre del blog "El Café de los Artistas y Otros Papeles Volanderos".


A mí me explicaron una vez que para escribir un artículo había que contrastar muy bien la información, pero no voy a poner en duda los métodos de Doña A. Garralón; yo que soy una plebeya en esto de la escritura.
Aún asi pienso que  si no nos sacudimos de encima los prejuicios antes de escribir, acabamos soltando perlas como esta. Es cierto que hay libros reseñados hasta la saciedad, pero no creo que sea por falta de criterio, sino por el boom de éstos. Es decir, aparece un libro con una campaña de márketing detrás impresionante, lo vemos en cada escaparate, en internet, en blogs y foros y nos pica la curiosidad, lo leemos y lo comentamos, es lógico. Seas adolescente o no. 
Luego también habría que tener en cuenta que la adolescencia es la época de la intensidad por excelencia. Encontramos un género que nos gusta y queremos que todo lo que leemos y vemos gire entorno a eso porque nos ha atrapado, porque en esos años nos dejamos llevar más por emociones que por calidad. Ojo, no quiere decir que por ser adolescente estés ciego, y no tengas criterio. Con quince años todos sabemos que El Quijote es una obra maestra, pero preferimos leer algo que nos llene de emoción e intriga aunque intuyamos que su calidad literaria no se pueda comparar con ninguno de los grandes de la literatura.

Quizás el mundo adolescente le pilla ya muy lejos y por eso no entiende esta forma de expresarse, además de la típica deformación profesional, y aunque me parece una falta de respeto las cosas que ha dicho en su artículo, podría entenderla, pero ¿Qué tiene en contra de las chaquetas de cuero, de los tatuajes con frases de libros y las habitaciones llenas de pósters? ¿Qué problema hay con que se pongan guapos/as para ponerse delante de la cámara? ¿Acaso no lo hacen los escritores y críticos que aparecen en televisión? Un momento, ¿Qué hacemos hablando de imagen en un artículo sobre literatura, ay, doña Ana, a usted también le gusta mezclar cosas, cual booktuber, ¿eh?



Pero dejémonos de bromas y resquemores, Como profesora comprendo que analice técnicamente las reseñas de booktubers y bloggers y no le parezcan correctas. Lo acepto. Tiene toda la razón, soy la primera que ha escrito una reseña destacando lo fácil y rápido que es un libro de leer, lo ligero de su lenguaje o lo ameno de su argumento obviando los elementos que ella considera imprescindibles en el análisis de una obra.



Es lo que pasa con los estudiantes o con los que no tenemos esos estudios superiores que ella posee: que tenemos que aprender por nosotros mismos, leyendo mucho y aceptando las críticas de las personas que sí que saben. Hablo de mi caso y de el de muchísimas personas, pero también sé de otro tipo de lectores y bloggers que las críticas que buscan son las que hacen estas personas que la señora Garralón tanto critica. Me explico: cuando yo tenía dieciseis años, me importaba bien poco si Anna Karenina era una obra que representase la sociedad rusa de la época, yo quería romance, acción, drama... Cada edad conlleva un ritmo y unos conceptos y si estos adolescentes "agitados" continuan con su lectura y aprender a amar las letras estoy segura que se convertirán en unos adultos que aprecien más el tipo de narrador, las figuras retóricas, el tiempo y el espacio.

Mientras tanto sería muy bonito que en vez de mofarse de este tipo de crítica literaria de adolescente, ayudara a estos jóvenes entusiastas, que repito, no creo que busquen quitarles el trabajo a críticos literarios, profesores y periodistas.


Y si alguno de estos booktubers le deja sin trabajo, siempre puede dedicarse a la comedia, que parece que eso de aprovechar la difusión de los medios para provocar la risa en vez de la mejora, se le da genial.




PD: No soy booktuber y aunque en este blog podáis encontrar reseñas, su objetivo principal es compartir mis relatos, reflexiones y artículos de opinión como este. 
Tampoco se me puede considerar adolescente (tengo 26 años), no me gusta Bajo La Misma Estrella ni su autor, pero soy capaz de apreciar obras actuales de la literatura juvenil como La Gramática del Amor o Harry Potter de la misma forma que adoro clásicos como El Retrato de Dorian Grey o Rimas Leyendas de Bécquer. Sé quien es David Lodge y conozco sus libro El arte de la Ficción, al igual que otros ensayos literarios como los de Bradbury, Ángel Zapata o El Guión de Robert Mckee.
Por lo tanto, no me siento demasiado indentificada con los aspectos que comenta en su artículo, pero como una vez leí, para defender a los animales no hace falta ser un caballo.
Además me parece vergonzoso que aproveche sus recursos para atacar a personas que sólo intentamos compartir nuestra pasión de la mejor forma que podemos.


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