¿Intentar...?




Arrastrando los pies camina por ese lugar tan inestable que todos caminamos, desatendiendo todo lo que la rodea, completamente absorta en sus pensamientos. En este estado no es de extrañar que resbale y caiga dentro de un pozo y puede que no sólo por su despiste, sino también porque sus escasas energías no le permitieron esquivar aquel inhóspito lugar.
Se deja caer en el pozo sin gritar ni patalear, con un sorprendente estoicismo.
Ya en el fondo, la más desoladora oscuridad la rodea,toca la superfície de los las paredes que la mantienen atrapada; están húmedas y frías "Es imposible subir" se dice a sí misma sin ni siquiera intentarlo.
Se acurruca en un rincón pensando en su mala suerte, desea desaparecer, empezar su camino de nuevo, pero sabe que eso es imposible. No tiene esperanzas y la idea de poder estar con sus seres queridos tampoco la anima a intentar salir de allí.
Piensa que es demasiado difícil, que no merece la pena intentar algo que sabe que le ocasionará demasiado sufrimiento y cuya probabilidad de conseguirlo es demasiado escasa.
Allí tirada, congelada y desconsolada solo espera que pasen las horas, los días... Bueno, realmente, no sabe bien lo que está esperando, quiere no pensar más, olvidarse de todo, pues cualquiera de las voces interiores que le pudieran hablar en ese momento le hacían daño.
No se molesta en idear estrategias y allí transcurre un tiempo que no sabe si son horas, días o semanas.
De repente un rayo de sol se cuela en ese rincón oscuro para ofrecerle un poco de alivio. Ella permanece sentada, observando como el sol incide en la pared de su "cárcel" y de repente una pequeña llama de esperanza se enciende en ella al pensar que quizás el calor del sol haya secado las paredes del pozo y pueda escalarlo de alguna forma...Se levanta de su rincón y empieza a tantear las paredes con la manos, mientras el sol se va colando poco a poco y se tropieza con algo que parece una escalera "¡No puede ser!" se dice a sí misma.
Mira hacia arriba y ve que es una vieja y desvencijada escalera con algunos peldaños rotos, pero se da cuenta que allí donde su pie debería tocar la escalera, puede también apoyarlo en alguno de los ladrillos salientes del trozo. "Será una subida difícil" se dice a sí misma, pero mirando como el sol se sigue colando poco a poco en el pozo, sonríe y se dice a sí misma que puede que todavía queden momentos, cosas y personas por las que merezca la pena sonreír; una pequeña y débil llama de esperanza se enciende en ella y siente que quizás valga la pena intentarlo...









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