Las Cadenas Invisibles

Es imposible deshacerse de cadenas de las que no eres consciente.
Piensas que la presión que te oprime es normal; algo que todo el mundo en mayor o menor medida siente.
Evitas abrir tus brazos del todo por temor a herir a alguien. No es del todo cómodo, pero por amor, amistad, aprecio y cariño se tienen que hacer esas cosas, ¿verdad?
Nunca te has planteado que quizás esa pesadez que sientes en las piernas sea por el peso que cargas sobre tu espalda. Ni siquiera te has parado a mirar que llevas encima de tu espalda. Piensas que es cosa de la edad.
Y así vas reduciendo tu espacio, tu vida y a ti mismo/a. Acabas comprimido/a en un pequeño receptáculo. El lugar es tan angosto que el movimiento es imposible; por eso no sabes que estás atado/a. Jamás intentaste liberarte. No creías que existiera un más allá. O lo sabías pero no pensabas que eso fuera para ti. O quizás tenías miedo de hacer daño a los demás, de ser egoísta. Ja. Si tú no piensas en ti, ¿quién lo hará?

Y ahora que lo sabes, no basta sólo con quitárselas. Esas cadenas quizás sean esas personas que te están haciendo daño, o el miedo que tienes a no seguir las normas establecidas (ya sabes, a cierta edad hay que sentar la cabeza, tener un trabajo estable, casarse y olvidarse de esos pájaros que tienes en la cabeza...), el miedo a soltar el pasado, el miedo a empezar una nueva vida. Realmente lo que mantienen unidos los eslabones de tus cadenas suelen resumirse en una única palabra: MIEDO.
Por cierto, no sé si lo sabías, pero estas cadenas no llevan llaves. Son tu fuerza la que las deshace, y el esfuerzo a veces conlleva dolor. Quizás pierdas cosas, pero, ¿sabes qué? Merece la pena. Deshacerse del peso del pasado, comenzar de nuevo y ser fiel a lo que de verdad te hace feliz es tan liberador... Como Nietzsche dijo "Ningún precio es demasiado alto por el privilegio de ser uno mismo"



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