Hace 61 años, en la calle Gascón, en Zaragoza ocurrió un hecho que a día de hoy no se ha podido explicar, y que da nombre a dicho edificio,en la actualidad, "Edificio Duende".
Septiembre de
1934, Pascuala, la asistenta de uno de los pisos de este edificio se
sobresalta cuando, al acabar su jornada laboral escucha una risotada proveniente de un fogón.
Asustada, acude a pedir ayuda a los señores de la casa, quienes
atribuyen este hecho al cansancio de Pascuala y no le dan más
importancia al asunto.
Unas horas más tarde es la propia señora quien oye un "ay"
proveniente de la hornilla en el momento en el que Pascuala cierra el
pasa humos de la cocina. Las dos mujeres piden ayuda a sus vecinos, que
también son testigos de estos desconcertantes sonidos.
A partir del 15 de Noviembre estos hechos empiezan a suceder con más frecuencia y se empiezan a escuchar risotadas en el rellano e incluso insultos que provenían de la hornilla.
La
familia se presenta en comisaría para denunciar los hechos y entre el
20 y el 23 de Noviembre la policía y la guardia de asalto se personan en
el inmueble en varias ocasiones, donde no encuentran absolutamente nada.
También
acuden a la casa, sacerdotes, arquitectos, fontaneros, electricistas y
otro tipo de profesionales en busca de una explicación lógica de los
hechos. Dicha explicación lógica no aparece.
La brigada municipal, llega incluso a levantar el suelo para ver mecanismos ocultos bajo el suelo, que tampoco aparecen.
La
noticia se extiende como la pólvora por toda Zaragoza y se llegan a
presentar en las puertas de este edificio, más de 2000 curiosos.
El revuelo de esta historia es tal que, incluso el periódico inglés “The Times” se hace eco de esta noticia.
Se llega a publicar un libro en 1934 sobre el Duende. Se lanzó al mercado harina “El Duende” , goma de mascar “El duende” y radios “El Duende”.
Como explicación lógica a todo esto, se barajó la opción de que Pascuala, la asistenta fuera ventrílocua, o que el dueño del bar que había debajo de el edificio lo estuviera haciendo para ampliar la clientela de su local.
Al
principio sólo se escuchaban risotadas, pero más adelante se empiezan a
escuchar insultos, amenazas e incluso, se pudo establecer una
conversación con él:
Policía:¿Quién eres? ¿Porqué haces esto? ¿Quieres dinero?
Duende: NO
Policía: ¿Quieres trabajo?
Duende: NO
Policía: ¿Pues que quieres, hombre?
Duende: Nada. No soy hombre.
Tras el veredicto de dos jueces la respuesta fue la misma: "El duende" se producía a un fenómeno psíquico que solo se producía en algunas ocasiones, pero el duende no se había marchado.
Sin embargo, el caso debía ser cerrado rápidamente para devolver el orden a la ciudad.
El
informe forense apunto a Pascuala, como responsable de la voz de la
hornilla, a pesar de que ésta se manifestara también cuando ella no
estaba en la casa.
Y una fría noche de Diciembre de 1934 el duende se marchó dejando un mensaje aterrador: "Voy a matar a todos los habitantes de esta maldita casa! Cobardes!"
La noche en la que se marchó, murió en el barrio vecino Asunción Jiménez ¿Casualidad?
¡Me ha encantado volver a leer sobre esta leyenda que transcurre en la ciudad donde nací, crecí y sigo viviendo jejeje
ResponderEliminar¡Besos!
Estuve informándome en varias páginas y tomando apuntes del Cuarto Milenio para escribir esta entrada, si hay algo que no sea correcto o tienes algo que añadir, leeré encantada las sugerencias de alguien de la zona ;)
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