Mariposas de metal



Miss Destroyer se opera cada mañana (o cada noche, depende de las circunstancias) a corazón abierto.
Un bolígrafo y un papel son las herramientas con las que va extrayendo esas virutas de metal que un día fueron alas de mariposa. Unas alas que llenaban su estómago sin saber, que el día menos pensado se convertirían en metal, como esas que decoraban su pelo cuando era una niña.
Y una vez convertidas en metal , un golpe fatal las hizo estallar en miles de partículas que se clavaron por todo su cuerpo haciendo brotar un líquido corrosivo que la mataba lentamente.
Día tras día fue sacándose esas pequeñas astillas y el dolor fue menguando, el líquido se fue evaporando...
Y hoy (por fin!!) ha sacado la última astilla, esa que no encontraba y que finalmente encontró en su corazón.
Para celebrarlo se ha ido al precipicio en el que lo vió por última vez, y también en el lugar en el que, por última vez lo abrazó.
Mira al horizante y un brillante sol le deslumbra y le hace recordar esa última vez que lo vió.

Miss Destroyer abraza a su príncipe azul y empieza a llover, tiene la barbilla apoyada en su hombro y sonríe, de repente ve la manga de su jersey manchado de azul, cosa que le extraña.
Lo mira para preguntarle si sabe que es esa mancha azul, y de repente observa, asustada, que todo su traje azul se está destiñendo, que lo que pensaba que era su cara tan sólo era una máscara que se va deshaciendo poco a poco con el agua de la lluvia, algo cae ante su atónita mirada y de repente, el príncipe ya no tiene la misma voz.
Le mira y ya no le reconoce, le hace preguntas que el responde en un idioma que no conoce...
En ese momento se da cuenta que El príncipe le ha engañado, que no es la persona que ella creía que era, que ni siquiera es un príncipe.
El supuesto príncipe se va transformando poco a poco en un monstruo horrible, de apariencia viscosa que se carcajea de ella.
Miss Destroyer no puede parar de llorar y, sin que se de cuenta, el monstruo la va empujando poco a poco hacia el precipicio, suerte que se da cuenta de que está cada vez más cerca del abismo, suerte que se da cuenta de que amó a alguien que no existió y que ya no tiene sentido seguir ahí, era como esas adolescentes que se enamoran de un actor pensando que su personalidad corresponde a la del personaje que interpreta.
Pero su actor no era rico, ni famoso, ni guapo, solamente era un gran maestro del disfraz.
Miss Destroyer forcejea con él, se da la vuelta y deja al monstruo en el lugar en el que estaba ella antes, lo coge de la mano y lo deja colgando del precipicio, el monstruo grita, ella sonríe. El fondo del abismo son las aguas de ese ser innombrable, de la verdadera mujer de Adán, un ser increíblemente malvado y repugnante.
Miss Destroyer sigue sonriendo y suelta al monstruo, lo ve caer lentamente hacia las aguas y cuando está a punto de tocarlas, desaparece....
Ella no lo entiende, pero de repente una vocecita le dice en su cabeza: ¿Cómo va a morir alguien que jamás existió? Lo único que debe morir son los sentimientos que aún guardas en tu corazón.
A día de hoy no sabe de donde provino esa voz, pero le estaba enormemente agradecida, por fin se había librado de esa carga del pasado, por fin se había sacado esa última espina, y como despedida la lanzó al viento mientras sonreía...

Comentarios

  1. Qué imaginativa alegoría de esa agonía que supone liberarse de las últimas esquirlas de un sentimiento perdido. La panacea está en el olvido, pero también en el recuerdo, de aquellos errores que te prometes no volver a cometer jamás, de esos príncipes y princesas, caballeros y damas, que sólo se pueden concebir en los cuentos de hadas. Por eso, cuando todo termina, tenemos la punzante sensación de haber vivido una ficción. Pero, al menos, podemos contemplar el abismo a nuestros pies y no precipitarnos hacia él.

    Si es de tu propia introspección, me alegra este epílogo de este cuento, que ya terminó... aunque nadie comiera perdices.

    ¡Siga operándose, por favor!
    Es usted una fascinante cirujana :)

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  2. Sí, es de mi propia instrospectiva. Cuando publico algo que no es mío, suelo poner el autor, pues no me gusta colgarme medallas que no son mías.
    Me gusta mucho escribir utilizando la alegría en plan Dante Alighieri en La Divina Comedia (aunque veo muy difícil llegar algún día a su grado de maestría) porque a veces dicen más que la propia realidad.
    Cómo muy bien dices, cuando algo así acaba tienes la sensación de que lo que has vivido no es verdad, que todo ha sido un sueño (o una pesadilla) y puede que por eso me haya decidido a contarlo en forma de cuento.

    Gracias por alabar mis dotes como cirujana! :)

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  3. Nota: donde he puesto "alegría" quería poner alegoría.

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  4. Impresionante esa manera de operarse!!
    A veces es difícil no acabar manchándose con esa tinta que creemos que nos acompañará el resto de nuestra vida pero que con un poquito de detergente sale de una vez por todas.
    Al leerlo he recordado esa sensación que todos hemos sentido alguna vez al ver como ese príncipe se deshace delante de nuestras narices y muchas veces penetra en el mundo de "Narnia" XD

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  5. Esta muy chula la historia, me encanta, espero que escribas mas historias!!!
    Un besitoooooo. Aisss qierooo massss. Gracias x seguirme y escribirme comentarios

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  6. Me alegro que te guste Luna Rosa!
    Es que la única forma que tenemos para demostrar que nos gusta un blog, es dejando comentarios, y nos tenemos que apoyar entre bloggeros/as!
    Besitos.

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  7. wow me encanto!! te expresas y escribis muy bien, por partes se me ha puesto la piel de gallina :S

    besitos

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  8. Pufff, sin palabras, una entrada simplemente perfecta. Me alegra que esa última espina haya salido de tu corazón y ojalá, nunca vuelva a posarse en él. Un besote :)

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  9. Gracias a todas por vuestros cometarios; sois la energía que me hace seguir escribiendo ;)

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  10. Quién fuera cirujano de su alcurnia y maestría señorita! Enorme transcripción al papel de cosas muy difíciles de describir en imágenes tan expresivas y compactas y que resumen a la perfección en la alegoría todo lo que se quiere decir. Me quito el sombrero!

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